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Si hiciésemos un recorrido desde el primero hasta el último tatuaje, podríamos observar fácilmente que en todos ellos se representan dos pilares fundamentales que son el odio y el amor. Lo cierto es que todo ello ha ido evolucionando de tal manera que vale la pena hacer una valoración del odio al amor en la historia del tatuaje.

La historia del tatuaje en la representación del odio al amor

Aunque en cada momento de la historia del tatuaje y en cada cultura ha habido un predominio en cuanto a su significado y objetivos, lo que tenemos claro a día de hoy es que, en todo momento, ha supuesto una horquilla gigantesca en materia de expresión, recorriendo desde el odio al amor a través de sus múltiples significados.

El tatuaje siempre se ha concebido como una expresión personal, algo que indica la pertenencia a un grupo, que expresa una opinión o unas ideas, que busca transmitir un sentimiento o incluso como mero elemento decorativo a nivel artístico como ocurre a día de hoy.

Tatuaje catrina

Sin embargo, todo ello lo podemos enfocar desde dos pilares clave que son el odio y el amor, y es que cada expresión, cada significado y cada intención que hay detrás de un tatuaje siempre estará soportado por uno de estos dos.

Hay que tener en cuenta que el concepto de amor y de odio no tienen por qué significar expresiones positivas o negativas necesariamente, ya que se puede amar lo negativo y por supuesto también odiarlo, hasta el punto que una expresión de odio puede estar dirigida hacia una represión determinada, con lo cual la connotación, aunque desde una perspectiva rebelde, sería positiva.

Los estigmas del tatuaje a lo largo del tiempo

A lo largo del tiempo, sabemos que el tatuaje ha venido a expresar prácticamente cualquier cosa que podamos imaginar, pero con el paso de los años, se fue integrando en sectores de la sociedad que se caracterizaban por su comportamiento violento y/o delictivo.

Tatuajes de la vieja escuela

De hecho, hay países como por ejemplo Japón en los que el tatuaje pasó a convertirse en un símbolo negativo, ya que generalmente expresaba la pertenencia a uno de estos grupos o mafias, y de hecho, se transformaron en una razón por la que una familia entera podía llegar a renunciar a un miembro por formar parte de algo que socialmente tenía una connotación muy negativa.

Esto hacía más importante la figura del tatuaje en estos grupos delictivos, de manera que aquellos miembros que querían entrar a formar parte de él, podían demostrar su fidelidad realizarnos un tatuaje por el cual serían expulsados de su propia familia.

Esta circunstancia ha venido ocurriendo con multitud de culturas y diferentes países, debido a lo cual, con el tiempo se fue gestando un estigma alrededor del tatuaje, el cual, con el paso del tiempo se ha ido diluyendo sobre todo a partir del momento en el que se comenzó a asociar con una forma de arte reconocida a nivel internacional.

El renacimiento del tatuaje como elemento artístico y el cambio del rechazo a la aceptación

Pese a que los estigmas marcaron una época negativa en la imagen del tatuaje, a partir de los años 70 se comenzó a observar un renacimiento, pero ya desde una perspectiva más cultural, influenciada por los movimientos contraculturales y también gracias a la profesionalización y el rápido crecimiento de la técnica relacionada con el tatuaje.

Cada vez eran más las figuras influyentes y los famosos, muy especialmente artistas y músicos, quienes comenzaron a adoptar el tatuaje como un modo de expresión e identidad.

En la actualidad, el tatuaje es visto desde una perspectiva completamente renovadora, y siempre artística, con muchas posibilidades y elementos a través de los cuales transmitir desde sentimientos a ideas lo que, desde sus orígenes, ha buscado el tattoo que es transmitir del odio al amor en la historia del tatuaje.